Tarde muy fría en el Don Bosco en Guadalajara, que albergaba el mejor partido de la jornada y, hasta el momento, el mejor de lo que llevamos de curso baloncestístico, ya que se medían el primer y segundo clasificado por ser primeros en solitario e invictos. Y el partido no defraudó ni mucho menos y hubo de todo: remontada visitante, dominio local, fases de descontrol anotador total mezclado con otras de nulo acierto y errores y juego muy lento. Pero aquí os contamos la crónica, comenzamos.
Los nuestros salían como el día: fríos. Permitiendo rebotes en ataque, nula defensa y desgana, encajaban un parcial de 9-0 en apenas un minuto y medio y directamente obligaba a Luis Muñoz a pedir un tiempo muerto urgente.
La salida del mismo daba la primera canasta de mano de Cruz y de Sánchez y el primer cambio en el que entraba Daniel Fernández. Los nuestros comenzaban a activarse y calentarse y las acciones de Fran Sánchez, Barra, Dani Calvo y Rodrigo Rojo permitían robar balones, correr y acortar distancias hasta ponerse solo 1 punto abajo, además se invertían las tornas al dejar a los locales sin anotar durante 5 minutos.
El partido terminaba su primer asalto abierto con 18-14.
El segundo cuarto comenzaba con buena circulación de balón y asistencia de Ayuso desde el poste bajo cruzando el balón para canasta de Dani Calvo. Fallos, pérdidas, interrupciones por faltas en los siguientes 4 minutos ralentizaban el juego y el ritmo del partido y los siguientes 5 minutos el parcial era de un pirrico 2-2. Un triple de Héctor a falta de 3:23 y una canasta entrando hasta adentro de Fran Sánchez y un tiro libre y una canasta con rectificado de Rodrigo Rojo conseguía dar la vuelta y ponernos por delante por primera vez en el partido con 24-26.
El tercer cuarto comenzaba de forma antagónica al segundo cuarto: desenfreno anotador por parte de ambos conjuntos con cuatro triples y una canasta de los locales y una canasta debajo del aro de Ayuso y otras dos de Rodrigo Rojo (una de ellas a pase de Barra) y un triple frontal de Daniel Fernández y otro en la esquina derecha de Ayuso. Los locales se imponían en acierto ante los despistes defensivos de los azudenses y Álvaro Sánchez masacraba con su tercer triple del cuarto la canasta visitante, mientras que los nuestros conseguían más fluidez de pase y velocidad de juego, pero no conseguían acercarse lo suficiente en el marcador. Acababa el cuarto con un 51-42 que todavía daba opciones a ambos conjuntos.
El último cuarto nos daba una exhibición estadística sin parangón esta temporada: dos triples y dos canastas sensacionales de un desatado Jorge Barra contra todos los amarillos que copaba todas las acciones rojinegras, incluso en defensa con un enorme tapón que levantaba a la grada y dos asistencias a Rodrigo Rojo en contraataque, una de ellas tras robo. Esto vino acompañado por más empuje en defensa, más aplicados y luchando (incluso tirándose) a por los balones sueltos y permitía ponerse en disposición de ir a por el encuentro.
Un triple de Eduardo Legido a pase de Rodrigo Rojo ponía de nuevo las tablas. Y Rodrigo Rojo a pase de Barra (su tercera asistencia en el cuarto) ponían +2 y de nuevo ventaja para los nuestros.
No obstante el partido se complicó con la quinta falta de este último y con una técnica al entrenador local que ponían el empate de nuevo a 65-65.
Otro triple de Héctor ponía a la grada en pié y los locales contestaban de nuevo ante la pasividad en el rebote defensivo. Sin embargo un fallón Rojo en los instantes finales errando dos tiros libres y uno de sus ganchos en la penúltima posesión hacía que los azudenses volvieran a perdonar ante la canasta rival. El rebote de esta acción de los locales acababa con una falta antideportiva de Daniel Fernández a falta de 10 segundos y solo fue aprovechado uno de los tiros libres correspondientes de los locales (70-68).
La última jugada de saque tras la falta daba lugar a una falta dudosamente interpretada por los árbitros por parte de Rodrigo Rojo que prácticamente dejaba sin opciones a los visitantes. Los siguientes tiros libres serían errados y, a pesar de la última canasta de Rojo debajo del aro, la victoria se iba para el bando local por 72-70.
Cómo se puede intuir, el partido se decidió por pequeños detalles que decantaron la balanza del lado local. Quizá la mejora y el cierre del rebote defensivo para no permitir segundas oportunidades y algunos errores fácilmente subsanables hubieran aportado otro resultado. ¡Queda subsanarlos para seguir mirando hacia arriba!
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