Llegaba el domingo, y con él la gran final. Los nuestros estaban motivados por la victoria del día anterior, pero sin duda con la desventaja de jugar contra los anfitriones, que además se caracteriza por ser un equipo extramadamente físico, con jugadores muy altos y veteranos, que además ya nos ganó 68-75 en nuestra cancha en Liga, y que aún no ha perdido ningún partido este año.
Ellos jugaban como locales y salieron dispuestos a demostrar por qué son favoritos. Empezaron muy fuertes, anotando ya 4 triples en el primer cuarto. Los de Azuqueca al revés, muy desacertados y sin poder jugar fluido como el día anterior.
Se nos fueron 22-15 el primer cuarto y el segundo fue más de lo mismo, acabando la primera parte con 15 puntos de ventaja. Recalcar que el segundo cuarto estuvo tintado por nuestros errores en ataque, anotando sólo 7 puntos, supieron cortocircuitarnos. Acabamos esa parte con 1/11 en triples, 7/16 en tiros de 2 y 5/11 en tiros libres. Porcentajes muy bajos, sobre todo en comparación con el día previo, se nos habían gastado los puntos.
En el descanso tratamos de cambiar algunas cosas y salir lo más enchufados posibles a la segunda parte y enseguida conseguimos un parcial de 5-0 que nos acercaba a la decena en el marcador. Diferencia que se mantuvo, pese a nuestros arreones e intentos de acercarnos más (nos llegamos a poner a 6-7) hasta el final de partido.
Mejoramos algo nuestros porcentajes, pero no fue nuestro mejor día ofensivo ni mucho menos. Defensivamente también podríamos haberlo hecho mejor, sobre todo por los 14 rebotes ofensivos, fruto de su pelea y estatura.
Desde luego, EBA fue superior y merecidos campeones. La semana que viene nos enfrentamos de nuevo a ellos, intentaremos poder competir mejor.
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