Este fin de semana, el pabellón del BAZU Provincial se vistió de gala para recibir al equipo de Tribal en lo que prometía ser un emocionante duelo local. Sin embargo, el comienzo del encuentro no fue el esperado por los aficionados locales.
El inicio fue complicado para nuestros chicos, que se mostraron desconcentrados y más preocupados por el arbitraje que por el desarrollo del juego en sí. Esta actitud les pasó factura, permitiendo que Tribal se adelantara en el marcador con una notable ventaja de 11 puntos al final del primer cuarto, dejando un inquietante 17-28.
Sin embargo, el segundo cuarto marcó un punto de inflexión. Los jugadores del BAZU se centraron, mejorando notablemente su defensa y acierto en el tiro exterior, cerrando la primera mitad con un ajustado 40-43, recortando distancias y devolviendo la esperanza a la afición local.
El regreso del descanso fue el momento del BAZU. Con renovadas energías y una actitud más aguerrida, lograron remontar el partido y colocarse dos puntos por delante al inicio del último cuarto, con el marcador reflejando un esperanzador 60-58.
Sin embargo, la suerte no estuvo de nuestro lado. Una descalificación y la marcha de otro jugador clave dejaron al equipo en una situación complicada, con una plantilla mermada para afrontar los decisivos minutos finales. Tribal, astuto y oportuno, supo capitalizar la situación, arrebatando el control del partido y ampliando la ventaja hasta el definitivo 71-81.
Fue una tarde de contrastes para el BAZU Provincial, que mostró la capacidad de remontar adversidades pero también la importancia de mantener la concentración y la disciplina durante todo el encuentro. Pese a la derrota, la entrega y el espíritu de lucha permanecen intactos, siendo estos valores los que marcarán el camino para los próximos desafíos.
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