El pasado sábado 12 de octubre, BAZU Baloncesto Azudense se enfrentó al C.B. Tomelloso en un partido complicado fuera de casa. El equipo rival, aún sin conocer la victoria en la temporada, salió con todo para intentar lograr su primer triunfo ante su afición, lo que se tradujo en un encuentro intenso y repleto de desafíos para nosotros.
El partido comenzó con un buen arranque por nuestra parte. Logramos tomar la delantera en el marcador con un 3-8 inicial, algo que se ha convertido en una costumbre en nuestros inicios. Sin embargo, la reacción del C.B. Tomelloso no tardó en llegar. Apoyados en su acierto desde el perímetro y una gran efectividad en sus ataques, consiguieron revertir la situación y sobrepasarnos rápidamente en el marcador. La primera parte se convirtió en una auténtica pesadilla para nuestra defensa, que fue incapaz de frenar el ritmo anotador del rival. No logramos ser duros en defensa, y las faltas para detener su ofensiva fueron escasas, permitiendo que ellos encontraran tiros cómodos y penetraciones fáciles. Además, la falta de control del rebote defensivo les dio numerosas segundas oportunidades para anotar, lo que se reflejó en el abultado marcador.
Nos fuimos al descanso con una desventaja preocupante, después de una primera mitad floja en la que cometimos demasiados errores no forzados y pérdidas evitables. El C.B. Tomelloso se marchó al vestuario con 49 puntos anotados, y nosotros estábamos 12 puntos por debajo, habiendo sufrido momentos críticos en los que llegaron a tener hasta 17 puntos de ventaja. El equipo necesitaba ajustar tanto en defensa como en ataque si quería darle la vuelta al encuentro.
Durante el descanso, el cuerpo técnico aprovechó para reorganizar las ideas y buscar soluciones. Sabíamos que la clave estaba en mejorar la defensa y cerrar el rebote, además de tener más paciencia en ataque para encontrar tiros con mayores opciones de acierto. Con esos ajustes en mente, salimos al tercer cuarto dispuestos a dar la vuelta al marcador. La estrategia funcionó: conseguimos limitar al C.B. Tomelloso a apenas 2-3 puntos en los primeros cinco minutos del tercer periodo, tiempo durante el cual nuestra ofensiva logró empatar el partido. De repente, todo cambió, y el encuentro se convirtió en un nuevo desafío, con el marcador igualado y más de un cuarto por jugar.
La remontada fue fruto de un esfuerzo colectivo en defensa, con una mayor intensidad y compromiso para frenar al rival. El cambio de actitud se notó, ya que pasamos a dominar el rebote, lo que nos permitió controlar el ritmo del juego y ejecutar mejores ataques. Nos mantuvimos en un intercambio constante de canastas durante el tercer y parte del último cuarto, sin que ninguno de los equipos lograra despegarse en el marcador. Sin embargo, aproximadamente cinco minutos antes del final del partido, encontramos la oportunidad de dar el golpe definitivo: logramos encadenar varias canastas consecutivas que nos dieron una pequeña ventaja. Desde ese momento, gestionamos el resultado con inteligencia, y al final, logramos asegurar una renta de 10 puntos que nos dio una victoria muy trabajada.
El partido quedará marcado por una impresionante remontada de 27 puntos en total, de los cuales 22 fueron conseguidos en la segunda mitad. Esta actuación refleja no solo la calidad del equipo, sino también la capacidad de adaptación y resiliencia para sobreponerse a las adversidades.
Aunque conseguimos la victoria, no podemos pasar por alto los aspectos que debemos mejorar. Las 27 pérdidas de balón que sufrimos durante el encuentro nos pusieron en serios aprietos y fueron una de las razones por las que el rival logró tener tantas oportunidades de anotar. Además, la floja defensa en la primera mitad permitió al C.B. Tomelloso acumular demasiados puntos, algo que debemos corregir de cara a próximos encuentros.
A pesar de los errores, hubo actuaciones individuales destacadas que fueron clave para la remontada. Jorge Barra se convirtió en el jugador más valorado del partido, con 23 puntos y 39 de valoración, liderando al equipo en momentos cruciales. También brilló Mangue, que aportó 23 puntos y fue un pilar fundamental en la ofensiva. Manu Oillataguerre tuvo un doble-doble muy valioso, con 13 puntos y 10 rebotes, ayudando a cerrar el rebote y aportando equilibrio en ambos lados de la cancha. Finalmente, Adrián Sánchez contribuyó con 10 puntos, sumando en momentos importantes y ayudando a mantener el ritmo del equipo.
En definitiva, una victoria importante que muestra la capacidad de BAZU Baloncesto Azudense para sobreponerse a situaciones adversas y que sirve como recordatorio de las áreas en las que debemos seguir trabajando. El esfuerzo colectivo y la determinación marcaron la diferencia en un partido que empezó cuesta arriba, pero que terminó con una gran alegría para el equipo y nuestros seguidores.
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