El pasado fin de semana, el BAZU Primera Nacional disputó un encuentro vital para mantenerse en la pelea por los puestos altos de la liga. Se enfrentaba a EBA Albacete, un equipo que ya había vencido a los azudenses en la ida por 12 puntos y que llegaba con la intención de repetir el triunfo. Desde el inicio, el partido se planteó como un duelo físico e intenso, con los visitantes dispuestos a cortar cualquier opción de anotación fácil con numerosas faltas.

El primer cuarto fue complicado para BAZU, con muchas imprecisiones y un escaso acierto ofensivo. EBA comenzó con fuerza, alcanzando un 1-9 en los primeros compases. Poco a poco, los locales lograron ajustar su defensa y acercarse en el marcador, aunque solo consiguieron una canasta en juego en todo el cuarto, dependiendo casi exclusivamente de los tiros libres (7/10). A pesar de ello, lograron reducir la diferencia y cerrar el primer periodo con un 9-14 en contra.
En el segundo cuarto, los azudenses mejoraron ligeramente sus porcentajes, lo que les permitió ganar el parcial 18-17 e irse al descanso con una desventaja de solo 4 puntos (27-31). Sin embargo, la sensación era de que el equipo no terminaba de encontrar su juego, acumulando hasta 8 pérdidas de balón y sin la fluidez ofensiva esperada.
Tras el paso por vestuarios, BAZU intentó cambiar el ritmo del partido, elevando la intensidad defensiva y buscando involucrar a una grada que hasta ese momento se mantenía fría. Poco a poco, el equipo comenzó a contagiar energía al público, pero los problemas de acierto persistían. Además, EBA continuaba cortando las opciones de anotación con faltas, llevando continuamente a los locales a la línea de tiros libres. A pesar del esfuerzo, el parcial del tercer cuarto fue favorable a los visitantes (13-16), lo que ampliaba su ventaja a 7 puntos (40-47) de cara al último periodo.
Con todo por decidir, BAZU no estaba dispuesto a rendirse. En el último cuarto, el equipo dio un paso adelante en defensa y comenzó a mejorar sus porcentajes en tiros de campo, aunque la falta de precisión desde la línea de tiros libres seguía pesando (hasta 9 fallos en el cuarto). Con un brillante Alejandro Ongil, que anotó dos triples fundamentales, los azudenses lograron ponerse 5 puntos arriba a falta de dos minutos. Sin embargo, EBA respondió con varias canastas consecutivas, dándole la vuelta al marcador y colocándose un punto arriba con 20 segundos por jugarse.
En una última jugada de infarto, Manu Oillataguerre forzó una falta que le llevó a la línea de tiros libres. Con el partido en la línea, anotó uno de los dos lanzamientos, empatando el marcador. En la última posesión de EBA, la defensa de BAZU fue impecable, impidiendo que los visitantes llegaran a lanzar, lo que llevó el partido a la prórroga.
En el tiempo extra, BAZU fue un ciclón. Alentados por una grada totalmente volcada, los locales dominaron por completo la prórroga con un parcial de 15-6, permitiendo solo una canasta de campo a los visitantes y encontrando finalmente el acierto que había faltado durante todo el partido.
El encuentro terminó con una gran victoria por 79-70, un triunfo importantísimo para seguir en la lucha por los puestos de arriba, aunque sin poder recuperar el basket average de la ida (-12).
En el apartado individual, Manu Oillataguerre firmó un auténtico partidazo, con 24 puntos y 14 rebotes, alcanzando los 37 de valoración antes de tener que abandonar el partido por problemas físicos. También destacaron Jorge Barra, con 20 de valoración, y Manuel Mangue, con 14 puntos. Además, un papel clave tuvo Alejandro Ongil, que con tres triples en momentos decisivos ayudó a mantener viva la esperanza del equipo y a cimentar una remontada espectacular.
Con esta victoria, BAZU afronta con confianza el próximo desafío, sabiendo que el esfuerzo y la lucha hasta el final dan sus frutos.
❤️🖤 ¡¡Gran victoria, BAZU!! ¡¡1,2,3…BAZUUUU!! 🏀💪
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